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La Alhambra es mucho más que un palacio, es una ciudad dentro de la ciudad de Granada, con su fortaleza, sus jardines, pabellones... todo rodeado de enormes murallas.
Se puede entrar al conjunto monumental por la Puerta de las Granadas, al final de la Cuesta de Gomcrcz, por donde se accede a una frondosa alameda. El camino se divide en tres, es el de la izquierda el que conduce a la entrada principal de la Alhambra.
Se llega al recinlo amurallado por la Puerta de la Justicia, con el típico lúnel en forma de letra "S". Una vez dentro (del recinto amurallado), junto al punto de información, está la Puerta del Vino. Cruzando ésta se abre una explanada (la Plaza del Aljibe) en la que se indica hacia dónde está la Alcazaba, los Palacios Nazarícs y el Generalife. También ante nuestros ojos aparece, el Palacio de Carlos V.
La Alcazaba es la parte puramente militar del recinto, con el Barrio Castrense, la Torre de la Pólvora y de la Vela (o de la Campana) desde la que se tienen hermosas panorámicas del Albayzín. l.os Palacios Nazaries se pueden dividir en tres núcleos principales:
El Mexuar o Meshwar, donde se trataban los asuntos relativos a la administración de la justicia: el Palacio deComares, una de las joyas de la Alhambra, que rodea por completo el Palio de los Arrayanes; el Palacio de los Leones, cuyo archifamoso patio es el centro de la zona reservada a la vida familiar.
La sala de los Abencerrajes, con una maravilla de cúpula queda a la derecha del patio, y justo enfrente de está la sala de las Dos Hermanas, desde la que se pasa al Mirador de Daraxa o Lindaraja, que da al jar-din del mismo nombre.
Por último se habla de construcciones cristianas posteriores, con las habitaciones de Carlos V, quien nunca las oeupó, la de Washington lrving y los Jardines del Partal, preludio de los del Generalife, y las Torres.
Una curiosidad: por la Torre de los Siete Suelos abandonó Boabdil la Alhambra, y pidió que se tapiara y no se volviera a utilizar, y así se hizo respetando su deseo hasta este mismo año.
Es una de las muestras más interesantes de la arquitectura renacentista española. Iniciado en 1527 por Pedro Machuca no se finalizó del todo hasta el siglo XX. El edificio es cuadrado, cada lado mide 63 metros de ancho por 17 de alto. Incrustado en su interior destaca el patio circular, único en su estilo, con 30 metros de diámetro, rodeado de un ancho pórtico y grandes columnas. En la planta baja se halla el Museo de la Alhambra.
Este recinto de paz y frescor se encuentra en el Cerro del Sol, y constituía la villa de recreo de los reyes nazaríes. Su aspecto externo resulla austero, pero es en su interior donde se descubre lodo el esplendor. Su parte más antigua es del siglo Xlll, un siglo después se añadió la Torre Mirador sobre el Darro. A lo largo del tiempo se han modificado, se hizo la Galería de los Cipreses, y en el siglo XIX se realizó el mira¬dor alto. El Palacio fue construido en terrazas sobre la ladera, y alrededor de él, además de ios jardines, se cultivaban verduras, plantas aromáticas y árboles frutales. Uno de los vesti¬gios de la época árabe es el patio del ciprés de la sultana, con su propia leyenda amorosa. Desde este patio se llega a la Escalera del Agua, por cuya barandilla desciende el agua. Al parecer al final de la escalera había un pequeño oratorio, así esta escalera, con su agua fluyendo, serviría como fuente de abluciones antes de que el monarca llegara al lugar de ora¬ción. Se llega después a la parte alta de los jardines, en la que hay laureles, rosas, jazmines y arrayanes. Los jardines del Generalife, "Yannai al-'arif, así nombrados por Ibn al-Jatib, son sobretodo un enclave para soflar, y dejar que los sentidos se embriaguen de luz, color y miles de indescriptibles olores.
La catedral granadina fue construida por deseo expreso de Isabel La Católica junto a la Mezquita Mayor de Granada. En 1523 se colocó la primera piedra, y hasta 180 años después no se terminó. Obviamente conjuga distintos estilos, desde el más puramente renacentista al barroco. La fachada Sur, (Plaza de las Pasiegas) diseñada por Alonso Cano, se considera la principal. Destaca por su originalidad y sencillez.
Una vez en el interior de la catedral lo que más llama la atención es su blancura, luminosidad y dimensiones. A lo largo de la catedral y en su giróla, son varias las capillas que se abren. La Capilla Mayor, toda en blanco y oro es una verdade¬ra maravilla. El museo catedralicio, situado al pie de la única torre, es de especial interés. Lo más interesante es la custodia de plata dorada que los Reyes Católicos entregaron a la ciu¬dad. Además detenga su mirada, en uno de los lienzos, en el que la Virgen María sostiene al Niño en brazos. Este cuadro, de encanto especial, es de artista des¬conocido, y se afirma que es de Da Vinci. Especial interés también merece la sacristía, sobretodo, por la pequeña talla (sólo mide unos 50 cm) de la Inmaculada de Alonso Cano, la obra maestra del autor.